De todas las verdades de la belleza, he aquà una innegable: la naturaleza se ha vuelto loca.
Relatos 7:04:00Hace tiempo que Ivonne dejó de ser la misma. Hace tiempo que la vida habÃa desaparecido de nuestras vidas, sustituida por una máquina de hacer rutina, de órdenes y de modos preestablecidos sin reset. El nuevo mundo odiaba el caos tanto como un cuello de camisa mal doblado y habÃa elegido adorar lo inefable de la simetrÃa. Cada color, cada risa y cada palabra estaban cuidadosamente medidos por un pequeño marcador interior que pitaba con estridencia si superabas el lÃmite. También era obligatorio esperar en lÃnea recta, exactamente a un metro de distancia de la primera raya blanca del paso de cebra y empezar a andar con el pie derecho.
La Prioridad no solo se aplicaba en el exterior, sino que incluso era más agresiva de puertas para adentro. Estaban perfectamente calculados los pasos para ir de un lado a otro (un pequeño calambrazo te advertÃa del error… y más valÃa corregirlo para la próxima vez si no querÃas perder sensibilidad en la zona) y la comida y la ración que debÃamos comer ese dÃa, todos los dÃas. La jerarquÃa familiar se habÃa cuadrado de tal forma que incluso el cabeza de familia estaba subordinado al orden, de hecho era el lÃder porque asà lo querÃa alguien por encima de él.
No obstante, esta espiral de asfixia estaba lejos de irritar a la población. La Prioridad ha dado un motivo a su existencia y eliminado lo angustioso de las decisiones. El poder de la equivocación habÃa sido suprimido. La gente amaba la organización sin escapes, el control absoluto. Si bien al principio el sistema fue acogido con manifestaciones a favor de la libertad, ahora los insurrectos eran elegidos a dedo para representar una partición que no existÃa de verdad. Después serÃan apaleados y detenidos, y ellos se resistirÃan porque ese era su papel en ese momento.
—Volvimos a casa con nuevas instrucciones y un buen sabor de boca por haber cumplido con el deber.
Ivonne se balanceaba en la butaca, tranquila, algo que no podÃamos comprender. Amoratada pero feliz. Cuando llegó el modelo de conducta prioritario, ella salió a la calle a luchar por sus derechos, dio muchos quebraderos de cabeza a las autoridades, y… de algún modo…, ahora es ella una vÃctima de todo esto, una pequeña venganza desde aquel referéndum. « ¿Desea acabar con las injusticias, el dolor, vivir plenamente el dÃa a dÃa sin preocupaciones y sin problemas? ¿Respeto mutuo, libertad sin fronteras?» ¿Qué podÃamos contestar a aquello? Todo marchó según lo previsto: conforme la violencia disminuÃa, la represión se instalaba en nuestras vidas.
Y la gente lo asumió, asà de sencillo.
Nadie les lavó el cerebro; ellos mismos se habÃan autoconvencido de que era lo mejor. Una vida sin sufrimiento, sin responsabilidad, pues como llega hecho, se va.
[Recibiendo nuevas instrucciones…]