¡Feliz día de San Valentín! Mi pareja perfecta

3:43:00

¡Hola hola! ¡Cantemos todos! ¡Hoy es el día... de los Enamorados! Bueno, dejémoslo estar. Ante la gran cantidad de entradas de blogs y webs con millones de cosas pastelosas -portadas de libros, los mejores besos de la literatura, parejas literarias- he pensado en las cosas imprescindibles que una pareja debe tener, siempre desde mi punto de vista: brazos hercúleos, camisetas de leñador rasgadas por los codos, barba recortada, pectorales dorados por el sol, mirada penetrante, gran intelecto, que me trate como a una reina... 

¡No, esperad! ¡No cerréis la ventana, era broma! Todas estas cosas están muy bien, pero yo quería hablaros de algo más profundo. Algo recóndito e insondable que se esconde en lo más profundo de la mente humana y que solo se puede llegar hasta ello a través de las palabras: la ortografía.

                            ILoveReadingAndWriting © tumblr
Creo que puedo soportar muchos defectos ya que tengo experiencia en aguantar los míos, pero de entre todos ellos hay uno que me quema por dentro, y es que se hable mal o se hagan faltas de ortografía. No estoy de parte de los puritanos que no admiten que se pueden equivocar con la "b" y "la" v en el teclado; me refiero a aquellas personas, especímenes, seres amebados que escriben mal porque les cuesta hacerlo bien o porque no son capaces de hacer una "o" con un acento. Luego están las personas que por más que leen no se quedan con las palabras bien escritas, y yo me pregunto: ¿por qué? ¿Cómo es posible que alguien que lea tanto no sea capaz de escribir sin faltas? Ojo, que no estoy pidiendo una tesis complicadísima, solo que sepan las normas básicas de acentuación. Mi prima es una lectora voraz pero me paso los días y las noches corrigiendo sus trabajos, es una barbaridad. Ni con cuadernillos ni explicándole las normas consigo que corrija sus errores.

El tema está más que tocado y esto en teoría es una entrada de San Valentín, así que vamos a dejarlo aquí... que a mí me gusta el amor, pero con estas cosas no puedo. Solo quería deciros que mi pareja perfecta sería una que no tuviera faltas de ortografía y hablara medianamente bien; que sin eso, por muy guapo y adinerado que sea, más que amor va a ser un sufrimiento. Probablemente ahora dejéis de seguir mi blog y demás. ¡Hasta siempre, y gracias! :3
ILoveReadingAndWriting © tumblr

Otros artículos interesantes

7 comentarios

  1. Totalmente de acuerdo, Eleazar. Me siento tan identificada contigo... No puedo con las faltasde ortografía (las causadas por desidia o desinteres, no por errores tipográficos). Así que volveré por aquí muy a menudo :)
    Me ha encantado la entrada.

    ResponderEliminar
  2. Hell, yes! No soporto a las personas que hablan o escriben mal simplemente por el hecho de que no consideran necesario hacerlo bien: "Pero si me sentiende!" Definitivamente, nada atractivo. Preferiría incluso que me corrigiera y fuese quisquilloso (like me)

    Curiosa entrada de St. Valentíne, ¡me gusta!

    ResponderEliminar
  3. Buena, curiosa y clarificadora entrada! La cita final inglesa que añades es muy graciosa y me ha recordado a una análoga que, cuando estudiaba la carrera de Periodismo, nos enseñaron en la facultad a modo de ejemplo para que entendiésemos la importancia del buen uso de los signos de puntuación. El ejemplo que nos pusieron decía que, en una guerra, un general quería fusilar a un grupo de prisioneros, pero otro general decía que no había que fusilarlos. Para dirimir qué hacían con ellos, enviaron una consulta al alto mando, y éste envió, a modo de respuesta, un telegrama que decía lo siguiente:
    FUSILARLOS NO LIBERARLOS.
    Obviamente, el destino de aquellos prisioneros quedaba, a causa de la pésima redacción que no respetaba la gramática, a expensas de la voluntad del primer general que leyese el telegrama porque, dependiendo de dónde se pusiese la coma, o el punto, vivirían o morirían. Yo tampoco soporto las faltas ortográficas ni las patadas al diccionario, aunque he de reconocer que su lectura,en ocasiones, me ha reportado grandes momentos de carcajadas. Como el día en que leí una invitación de boda en la que ponía, bien grande, la palabra IMBITAMOS. Eso es una patada... pero, paradójicamente, respetando las normas!!! jajajaja!!!

    ResponderEliminar
  4. Same here. Puedo tener una opinión maravillosa de una persona al oírla hablar y estar con ella, pero cuando veo una falta de ortografía (aunque casi me duele más la mala redacción que las faltas), es como si perdiera esa "maravillosidad". O al menos un poquito.

    Hay que intentar ser tolerante, desde luego. Perdono que una persona tenga faltas de ortografía o hable mal si luego se le dan muy bien otras cosas. Por ejemplo, yo puedo escribir muy bien, pero soy una negada total para las matemáticas. Que hace nada he tenido que coger una calculadora para hacer una regla de 3 con números redondos.

    A lo mejor es que cada uno tira para su casa: a nosotras nos molestan las faltas de ortografía / mala redacción, y al que se le dé bien dibujar nos tomará por atontás por no saber dibujar un círculo decente ¿?
    Es algo que se me ocurrió pensando sobre el tema.

    Buena entrada :)

    ResponderEliminar
  5. Pues yo creo (Hirundine) que saber muchas matemáticas no compensa tener faltas de ortografía, lo mismo que escribir muy bien no exime de aprender las cuatro reglas. Hay un mínimo exigible para que a una persona no se le considere analfabeta y, a partir de ahí, que cada uno destaque por donde quiera. Ya no te digo si el que tiene las faltas de ortografía (o no sabe sumar y restar correctamente) aspira a ser universitario.

    Buen artículo, Eleazar.

    ResponderEliminar
  6. ¿Dejar de seguirte por esto? ¡Por este post añado yo tu blog a mis marcadores!

    ResponderEliminar
  7. Sé que esta entrada es de hace casi un año, pero yo acabo de descubrir tu blog y me lo estoy leyendo enterito.

    Me está gustando un montón, pero hasta esta entrada no me he decidido a comentar porque (como cuenta la leyenda urbana sobre Einstein) no tenía nada interesante que aportar.

    Pero en este momento no me resisto a contarte que tal vez estoy en este mundo tal como soy gracias a la exquisitez ortográfica de mi madre, que cuando era joven rechazó a un noviete incipiente porque en verano le escribió una carta que comenzaba: "Ola María".

    Así que tú sigue igual de exigente, quien sabe si en un futuro habrá alguna personita que te agradezca el hecho de tener padre y madre ortográficamente competentes. xD

    Saludos :)

    ResponderEliminar

Si te ha gustado, ¡déjame un comentario!