Mi 2017 en libros

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La utilísima herramienta de estadísicas de GoodReads me ha simplificado el resumen de todos los años en una infografía bastante chula. Podéis verla al completo en este enlace y hacer la vuestra clicando en vuestro Reading Challenge, si habíais hecho uno. Estoy contentísima con la elección de lecturas este año, que ha cambiado bastante teniendo en cuenta que este, para mí, ha sido el año de las autoras. Bravo por ellas.



He leído 24 cómics y libros. Lejos de compartir cifras estratosféricas con otros compis, he decidido invertir mi escaso tiempo de lectura en historias que merezcan la pena, y sobre todo, en historias escritas por autorAs. Imagino que a estas alturas no hay que explicar por qué es importante hacer un esfuerzo consciente para leer lo que las mujeres tienen que decir (bueno va: porque tienen más trabas para ser publicadas, porque con ellas los medios caen en la trampa de la excelencia, porque si vas a una librería "sin pensar en si es autor o autora" probablemente leerás un autor, porque sí, porque otra vez, se publican muchísimos libros de autores mediocres en contraposición a los libros de autoras, que suelen ser brillantes porque no las dejan ser de otra manera: o es un Nébula o es mierda; si al final lo he explicado...). De 24 novelas y cómics, 20 son de autoras. 


Estoy contentísima con el baremo sobre todo porque en ningún momento he sentido que "renunciaba" a otros autores. Más bien ha sido como ampliar mi lista de referentes femeninos, mujeres de las que quiero aprender toooodo lo que pueda. Agradecida y emocionada por haber conocido a Shirley Jackson y enamorada de la atmósfera opresiva en La Maldición de Hill House. También volví a la trilogía de mi adolescencia, Abhorsen (Garth Nix), que recomiendo si buscáis aventuras, protagonistas femeninas y nigromantes. Tal cual.

Además, 2017 ha sido el año del ensayo. Por fin me he quitado el prejuicio de que los ensayos son aburridos o "demasiado densos" (¡cuando, para empezar, no hay nada malo en que una lectura sea densa!). He disfrutado mucho con Primavera silenciosa (Rachel Carson), ha sido el acercamiento perfecto al ecologismo y una guía bastante cruda de los devastadores efectos de los pesticidas. En esa misma tanda me compré El Universo de Cristal (Dava Sobel) sobre las mujeres de la NASA, y creo que caerá pronto en mis manos. 


También he abierto mis horizontes comiqueros. Fue uno de los propósitos tardíos de 2016. Estoy a tope con Paper Girls, Leñadoras, Nimona y Mirror. A partir de ahora voy a buscar cómics autoconclusivos o de muy pocos tomos, como Valerian. Siguiendo el consejo de El Librero Ilegal: serie abierta, cartera cerrada, y yo ya he incumplido ese consejo... tres veces... 

Con Vencer al dragón (Barbara Hambly) retomé la fantasía ¡y cuánto me alegro de haberlo hecho! Así me decidí por fin a leer Aprendiz de Asesino, que me encantó (protect Traspié at all costs). Mi plan es acabar la trilogía en 2018. De Robin Hobb salté al humor de un autor español, Cliché (Ander Mombiela) que recomiendo encarecidamente para pasar un buen rato. De verdad, es divertidísimo. 


Ensayo, cómic... y bolsilibros. Sin duda, el último trimestre del año lo han rematado los bolsilibros, tanto el mío (¡Wes Marino!) como Nueva Madre (Eugene Fischer), con un planteamiento sobrecogedor. El formato reportaje me encanta.

Viaje de Egeria (Egeria) recoge las cartas de la primera viajera española en su travesía bíblica. Más que por lo que dice, es cómo lo cuenta: estamos hablando de una mujer viajando sola, de manera independiente, en el año 381. Solo por esto es imprescindible leerla. La última reseña del año se la ha llevado Huellas Peligrosas (Erin Hunter), la quinta entrega de Los Gatos Guerreros, una saga de la que no paro de hablar porque es alucinante. Adictiva, profunda, diversa, entretenida y, joder, con mucha crítica social. ¡Y además, Erin Hunter es el seudónimo de seis autoras! ¿No es increíble?


Quiero cerrar el post con un gráfico del año de publicación. Como veis, en los últimos cinco años me he dedicado a leer novelas contemporáneas; algunas, probablemente lecturas obligatorias del máster, entran en los 50, y una en los años 30. No tengo un propósito lector definido más allá de seguir leyendo autoras, pero me gustaría adentrarme en clásicos fuera de mis gustos, como la novela gótica (El Monje) o la costumbrista (tengo Mujercitas metido en la cabeza no sé por qué). ¡Y también seguir leyendo en inglés! Que no lo he dicho antes: Akata Witch (Nnedi Okorafor), otra lectura amable y cuya continuación leeré seguro el año que viene.

Adiós, 2017. ¡Espero que tu coleguita esté a la altura!

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